SEVILLA III, PARQUE DE Mª LUISA

Visitar Sevilla en primavera, es uno de los privilegios que se puede permitir el que no está obligado a disfrutar las vacaciones en verano, el tramo de tiempo que va desde la Semana Santa hasta la feria de abril es el ciclo ideal, pues aunque hace buena temperatura, todavía se puede pasear por sus calles sin un calor agobiante, pues la temperatura en estas fechas suele rondar los 20 y pocos grados.

Pza. de España

Pero uno de los paseos que no podemos perdernos si visitamos Sevilla, es el del parque de Mª Luisa, que en su origen formaba parte de los jardines del Palacio de San Telmo y que fueron donado a la ciudad en 1893 por la Infarta Mª Luisa Fernanda de Borbón, está considerado uno de los parques más bellos de España y recientemente ha sido declarado Bien de Interés Cultural.

Pza. de España

Nos adentramos en él por la Pza. de España que sin duda alguna es la más bonita con ese nombre que hay en nuestro país, fue construida por Aníbal González, con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 y fue el proyecto más ambicioso de este evento, es un semicírculo de 200 m. de diámetro, con una hermosa fuente en el centro diseñada por el arquitecto Vicente Traver ya que fue el que termino el proyecto, al abandonarlo Aníbal González.

Glorieta de Bécquer

Saliendo de la Plaza de España podemos tomar la calle que queda a la izquierda, pero de momento la vamos a omitir, hay una puerta del parque, que queda frontalmente y centrada con la fuente, nos introduciremos a través de ella y tomaremos la primera calle “Hernán Cortez” a la derecha, pasaremos varias glorietas hasta llegar hasta la dedicada al poeta Gustavo Adolfo Bécquer, tengo que aclarar que la mayoría de las glorietas del parque están dedicadas a escritores y poeta, dado el carácter cultural que quería inculcar el arquitecto de la exposición del 29, Aníbal González, de que el mismo fuera un lugar de lectura al aire libre.

Isleta de los patos

En esta glorieta hay una estatua del poeta, junto a tres figuras de mujer esculpidas en una sola piedra, que representan, “el amor ilusionado”, “el amor poseído” y “el amor perdido”, que representa la rima escrita por el mismo, “el amor pasa”, además de otras dos esculturas de bronce, que representa “el amor herido” y “el amor que hiere”, de aquí pasaremos a otra rotonda que está detrás, que la corona un enorme árbol centenario y de aquí tomaremos la Calle Pizarro, ya en dirección opuesta a la que traíamos por la otra calle.

Isleta de los patos

Durante el camino, podemos ir viendo plantas de todo el mundo, especialmente del continente americano, algunas de ellas centenarias, haciendo todas ellas de este parque un gran jardín botánico.



Pabellón Real de Alfonso XII.

Atravesaremos de nuevo la calle central que por un lado da a la Pza. de España y por el otro, a la glorieta de los Marineros Voluntarios, junto al río Guadalquivir, a la altura del Puente de los Remedios.

Glorieta de los Leones

Bien, nosotros continuaremos nuestro camino por la vía ya mencionada y por ella llegaremos a la Isleta de los Patos, compuesta por un pequeño lago artificial, con dos islas, a una de ella se puede acceder por un puente de piedra y la otra es exclusivamente para los patos y pavos reales que allí habitan, en uno de sus extremos hay un templete llamado de forma hexagonal llamado Pabellón Real de Alfonso XII., que ya existía cuando el parque formaba parte de los jardines del Palacio de San Telmo, esta zona está considerada como el centro geográfico del parque, aproximadamente.

Glorieta de la Concha

En este tramo entre las dos calles, la de Hernán Cortez y la de Pizarro, es conveniente ir paseando de un lado a otro, para ir viendo todas las glorietas y fuentes y jardines que quedan entre ambas. 

Al final llegaremos a la parte trasera del Pabellón Mudéjar, aquí y un poco a la izquierda nos encontramos con el Monte Gurugú, una elevación de unos veintitantos metros, desde la cual se ve casi todo el parque, se llama así como homenaje al monte de mismo nombre que hay en la ciudad de Melilla.

Monte Gurugú

Volviendo a la parte trasera del pabellón mudéjar y rodeándolo por la derecha, llegamos a la Plaza de América, aquí nos encontraremos con un gran espacios para poder admirar y los más pequeños poder jugar con las palomas, a la derecha veremos otra puerta del parque que da al Paseo de las Delicias, antigua avenida de la Palmera.

Cascada del Monte Gurugú

 En esta Pza. si miramos como desde la puerta hacia el interior, veremos a la izquierda el Pabellón Mudéjar, hoy Museo de Arte y Costumbres, al fondo el Pabellón Real, propiedad del Ayuntamiento de Sevilla y a la derecha el Museo Arqueológico, los tres construidos por Aníbal González para la exposición del 29, a la derecha, pero por la avenida quedan el Pabellón de Brasil y el de Méjico, ambos también construidos para la misma exposición.

Plaza de las Palomas

Rodeando el Pabellón Real, tomaremos una calle paralela a la que veníamos antes de llegar a la Pza. de América que por ella terminaremos de ver el Parque de Mª Luisa y regresaremos a nuestro punto de inicio, la Plaza de España.

Pabellon Mudéjar

Este último recorrido, cada pocos metros de la calle tiene un nombre diferente, pero lo importante es lo que vamos a ver en el primer tramo, varias glorietas y el Pabellón de Domecq, edificados por las bodegas jerezanas para la misma exposición, posteriormente fue el Centro Meteorológico de Sevilla y actualmente sede de la Asociación de Juventudes Musicales, a continuación salimos a la glorieta de Covadonga, en la cual hay cuatro estatuas alegóricas que representan “El Arte”, “El genio”, “El Trabajo” y “La Ciencia”.

Museo Arqueológico

En el siguiente recorrido y ya antes de llegar al final de nuestro paseo, a la derecha veremos el Pabellón de Telefónica, otra joya arquitectónica construida también para el famoso evento, posteriormente usada como caseta de telefónica para la Feria de Sevilla, dada la ubicación de la misma y en la actualidad, escuela de jardinería y estudios medioambientales.

Pabellón Real

Con esto hemos concluido el paseo de hoy esperando haya sido de vuestro agrado y lo repitáis en realidad, porque merece la pena conocer este gran parque, gracias por acompañarme.

Pabellón de Domecq.

Fotografías propias, información, obtenía de varias bibliografías y la satisfacción de haber visitado este parque desde niño, haber jugado en él durante mi infancia, paseado por el de mayor y haber llevado a mis hijos cuando eran pequeños.

Pabellón de Telefónica

 Espero que sigáis conmigo en el próximo paseo.

J. Morales